12/1/23

Acerca de un nuevo año y de viejas mañas

Se acerca el 2 de febrero, día mundial de los humedales. Es una fecha que nos convoca al igual que otras que dan cuenta de la importancia y urgencia en el cuidado de nuestra fuente de vida, el agua. Pero el Día de los humedales, nos moviliza muy especialmente porque su preservación es el eje de nuestra lucha desde hace muchos años y la de muchísimas organizaciones ambientalistas y de la sociedad civil a lo largo de todo el país.

Lucha, en el sentido del esfuerzo continuado de todas las agrupaciones para dar cuenta por un lado de cómo la preservación, el conocimiento de los distintos tipos de humedales tienen íntima relación con nuestra vida diaria aunque no vivamos próximos a ellos .

Difundir y compartir estos conocimientos con la ciudadanía para así ejercer nuestro derecho a vivir en un ambiente sano y garantizar el acceso al agua potable, suma voluntades que de otro modo tal vez no llegarían a interiorizarse sobre el humedal, lugar ninguneado exprofeso por parte del llamado " sector productivo".

Por eso y por el otro lado, la lucha es contra quienes desde el poder político muchas veces, empresarial y financiero hacen del uso del suelo y por ende de los humedales que los incluyen el más espurio de los negociados que lleva a su destrucción, o sea borrarlos del mapa:

Elevación de los terrenos antes inundables para construcción de barrios cerrados, lagunas dentro de ellos que se alimentan de las napas de agua de nuestros acuíferos y por ende también los contaminan, endicamientos como vimos en nuestro Delta para extensión de la frontera agrícola ganadera, extracción de litio y otros minerales y varios etc. más.

El tratamiento del proyecto de Ley de Humedales expuso con mucha claridad no solamente los argumentos que sostienen la urgencia en su preservación sino, de la otra parte, la voracidad para generar nuevos nichos de negocio mientras se arrasa con el territorio. Esto claro está acompañado por la prensa dominante, sectores académicos cooptados, falsas noticias, inventarios de humedales armados a gusto. Dicho sea de paso, inventarios que reducen a la mitad los humedales registrados hasta el momento con lo cual son el claro ejemplo de su borradura del mapa.

Las organizaciones activamos varias movilizaciones al Congreso, con pancartas y oradores. Llevamos nuestra voz, la alzamos podríamos decir, para que pueda ser escuchada y a partir de allí compartida.

Lo mismo hacemos en el territorio, no medimos los decibeles porque el espacio público motoriza las voces de todos y todas, las acopla y las  transforma en consigna:

Basta de quemas!

Ley de Humedales ya!

Paren de Fumigarnos!

 Hoy hay represión y persecución policial frente a las manifestaciones.

En San Nicolás, en Exaltación de la Cruz, compañeros y compañeras son llevados presos por pedir que se cumpla la ley. Que se proteja el ambiente, que no se fumigue sobre escuelas y centros urbanos, que no se privatice el agua, que se garantice su acceso para toda la ciudadanía, que paren los incendios intencionales y se castigue a quienes los generan.

¿Cuál es el tono de voz para seguir expresándolo? ¿Cuál el volumen cuando se sigue contaminando (Ej: fumigaciones en Exaltación de la Cruz)  se cambia el uso del suelo para ocupar humedales ( Campana: Tajiber), se incumplen cautelares y el Estudio de Impacto Ambiental ( Escobar: Naudir Delta).

Estos son solamente un par de ejemplos entre cientos, todos ellos de fácil acceso en redes sociales y notas periodísticas.

El 11 de Enero el presidente de la Nación asistió en Exaltación de la Cruz, a la inauguración de un hospital. En ese momento compañeros de Exaltación Salud quisieron desplegar pancartas y expresar su enérgico rechazo a las fumigaciones con agrotóxicos en la zona.

Como respuesta el presidente de la Nación pidió hablar en voz baja, previo desalojo con la fuerza pública de los manifestantes.

¿En voz baja?? Pero es que no tenemos nada que callar. Es que lo venimos diciendo desde ya hace más de una década.

El avance sobre humedales y la contaminación con agrotóxicos se consolidaron en los últimos años, la pandemia tuvo olor a humo y las imágenes del fuego fueron en estos años el acompañamiento diario. Justamente fueron los sectores del agronegocio uno de los que más se opusieron a la Ley de Humedales.... y lo lograron porque la ley está estancada en Diputados.

¿Con qué vocecita lo hicieron?

Está claro que las voces de las organizaciones civiles y ambientalistas, la de quienes poblamos los territorios donde vivimos, trabajamos


y defendemos no entran tan fácilmente en el registro de muchos de entre los que nos gobiernan.

Ahora también suman la persecución.

La lucha por el cuidado del ambiente y del  territorio es una lucha por la soberanía. Se sostiene por principios constitucionales. Esa es nuestra voz.

Quien quiera oir que oiga.

Repudiamos la persecución policial a compañeros de Exaltación Salud.




 

Compartir