8/10/20

Cenizas silenciosas: Humedales en riesgo

Cenizas silenciosas: Humedales en riesgo

Primero que son miles, luego que 100.000 y ya llevamos más de 600.000 hectáreas devoradas por el fuego en Argentina. 

Bosques, pastizales, humedales hechos humo. Cenizas silenciosas, al viento. Símbolo de la  muerte que arrasa. 

Entonces vuelven por enésima vez las preguntas a los medios: ¿Son intencionales? ¿porqué lo  hacen? ¿qué podemos hacer? 

Sí! son intencionales. 

Sí! Lo hacen para presionar sobre medidas que posibiliten el cambio del uso del suelo y así  avanzar sobre humedales con urbanizaciones, ganadería o ampliando la frontera sojera. 

Sí! Podemos hacer y muchos hacemos. Hacemos visible el drama de quienes habitan estos  lugares, porque es el territorio de todos y exigimos respuestas inmediatas.

Las marchas en Rosario, el interesante despliegue de actividades de las organizaciones  ambientalistas y vecinales en medio de la pandemia sigue sumando interés y muchas voluntades  mientras tras el humo el lobby empresarial se monta en su armado de presión y especulación. 

No hay dudas acerca de que los humedales tienen una importancia radical en relación a las  funciones que cumplen con respecto al calentamiento global y al cambio climático, ricos en  biodiversidad y fuente de agua dulce.  

Contraponer el concepto de producción a estos ecosistemas esenciales es una argucia que  debemos desmadejar como sociedad para poder emprender la construcción de un futuro  sostenible.  

En países con medios de comunicación no solo concentrados como el nuestro sino que representan los mismos intereses de quienes sostienen estas políticas de producción relacionadas con ganancias exorbitantes, basadas en los bienes naturales como meros recursos  y con afilados mecanismos de presión sobre el poder político se hace imperioso aclarar,  diferenciar, analizar el discurso recurrente. 

La voz de la ciudadanía se manifiesta en las calles, en las distintas organizaciones e  interactuando con el poder político para peticionar y fundamentalmente para decidir junto a sus  representantes cómo legislar en aquello que incumbe a su hábitat, a su territorio. 

En Campana se logró un gran trabajo conjunto entre la ciudadanía y el HCD para llegar a las  ordenanzas que protegen los humedales del río Luján y Paraná de las Palmas en este partido, por este motivo es regresivo avanzar con la rezonificación de Tajiber.  

Lo es doblemente por afectar el humedal protegido a raíz del cambio de uso del suelo, y por  borrar del mapa la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos  dejándola reducida a su mínima expresión. 

Es regresivo por no seguir avanzando en cuanto a protección y educación ambiental en la  población en general y en la de los barrios aledaños en particular y propiciar sistemas de  producción sustentables, generando trabajos con productores locales, realzando el turismo en  relación al Parque y a lo último que queda como pulmón verde en Campana. 

Las iniciativas de Promotores ambientales es, desde ya, un punto de partida alentador pero lo será más aún si se trabaja en paralelo la presencia efectiva y vinculante de las organizaciones  sociales y ambientalistas en el Consejo Urbanístico Ambiental. 

A las buenas intenciones es hora de responder con acciones acordes para efectivizarlas y generar así un circuito virtuoso. De nada sirve por ejemplo separar residuos si luego no sabemos  qué hacer con ellos.  

Partamos de un hecho concreto: En este momento hay movimientos de tierras en el predio del  ex-camping y aledaños , en el cruce de ruta 9 con el río Luján. Es decir sobre el humedal se están levantando los terrenos, ambas ordenanzas municipales prohíben este accionar, sin embargo el  municipio no responde formalmente a esta grave infracción. Tampoco se interesó frente a las  propuestas de desarrollo ecoturístico en la zona que oportunamente vecinos del lugar le  acercaran. 

Por eso decimos que es imprescindible la relación entre la participación de la ciudadanía y los distintos organismos del poder político que lleven a cabo esas propuestas y no queden en  manifestaciones de deseo. 

Cuando el propósito es desarrollar políticas para el bien común se cuenta ya con herramientas  para poder hacerlo y recursos humanos altamente capacitados para instrumentar y sostener  en el tiempo esas políticas. Hace falta que ese sea también el objetivo real del ejecutivo y no  solamente el enunciado. 

Ya se han destruído una importante superficie de humedales en el partido de Campana en  función de " la productividad, el progreso y las fuentes de trabajo", también creció la  vulnerabilidad en los barrios periféricos, la contaminación ambiental, las inundaciones. 

¿Cuál es la relación costo-beneficio para determinados proyectos productivos y a quienes están  dirigidos esos beneficios? 

Debemos pensar sobre qué territorio habitaremos de aquí en más, cómo nos relacionaremos  con nuestro ambiente y su cultura, qué nos identifica. 

Como bien especifican desde el oficialismo, Campana tiene un perfil industrial pero es relevante potenciar otra faceta, dicen, y que tengamos la oportunidad de desarrollar el  "turismo verde". Por eso resulta regresivo avanzar sobre nuestros humedales sobre la  normativa vigente a nivel municipal, en medio del tratamiento a nivel nacional de la Ley de  Humedales y con el fuego bajo nuestros pies. 

En distintos lugares del mundo se están llevando planes de remediación de humedales y hay información de acceso público al respecto, ¿cuál es entonces el interés persistente en su  destrucción? Para intentar una respuesta válida para el diálogo, por favor no volvamos a la falacia de la producción y las fuentes de trabajo versus ambientalismo porque no construye.

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