14 de marzo de 2019
Cien organizaciones convocan a una gran movida en defensa del aguaA remar para salvar los ríos y humedales
En el Día Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy
arranca una serie de actividades para denunciar la contaminación de represas,
pasteras, countries y el agronegocio.
Por Darío Aranda
Yacyretá, una de las grandes represas cuestionadas por
sus consecuencias sanitarias y ambientales.
Represas, pasteras, barrios cerrados, agronegocio y sus
tóxicos. Son algunas de las amenazas que sufren los ríos y humedales de
Argentina. En el marco del Día Mundial contra las Represas y por los Ríos, hoy
se inicia una serie de actividades en defensa de los ríos Paraná y Uruguay.
Cientos de personas remarán desde Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe
para confluir en mayo en Buenos Aires. “Los ríos y los humedales no son
basureros, son dadores y portadores de vida, nuestra salud depende de ellos”, recordaron
las más de cien organizaciones convocantes.
“Denunciamos la grave contaminación con agrotóxicos,
plásticos, metales pesados y demás residuos peligrosos provenientes del vertido
de actividades industriales, como asimismo la contaminación por vertido de
efluentes cloacales crudos”, denuncia el comunicado que convoca a la “remada
por los ríos”, actividad que comienza hoy en Misiones (Iguazú) y Entre Ríos
(Concordia), con decenas de embarcaciones que, en un trabajo de postas,
navegará durante dos meses hasta Tigre, donde confluirá en un gran festival.
Serán más de 40 postas en cinco provincias, en las que se
sumarán más remadores y embarcaciones, y donde habrá jornadas de
concientización, charlas abiertas y exposición de problemáticas locales. El
Dorado, San Ignacio y Posadas son algunas de las ciudades de Misiones donde
habrá actividades.
La provincia tiene largo historial del padecer represas.
Desde Yacyretá, bautizado como “monumento a la corrupción”, hasta el sufrir de
los miles de reubicados, que de ser pescadores y campesinos pasaron a ocupar
barrios empobrecidos en grandes ciudades. Además de efectos sociales, las
represas son cuestionadas desde hace medio siglo por sus consecuencias
sanitarias y ambientales, muy lejos de ser “energía limpia”, como se
publicitan.
“Exigimos la prohibición de construcción de represas en los
ríos Paraná y Uruguay, como así también, de cualquier otro megaemprendimiento
inmobiliario y/o construcción de industrias que amenacen la calidad de sus
aguas y el equilibrio de los ecosistemas”, señala el segundo punto de la
convocatoria de hoy, que llama a “salvaguardar y restaurar el carácter especial
de los ríos y humedales, sus valor social, cultural, ecológico, escénico y
turístico”.
Entre Ríos, en la década del 90, frenó la construcción la
llamada “represa del Paraná Medio”, que pretendía realizar un gran dique a la
altura de la ciudad de Santa Fe y Paraná. El proyecto fue reflotado en los
últimos.
La ONG Cauce (Cultura Ambiental Causa Ecologista) recordó la
gravedad de otro megaproyecto: la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), que se
extiende por 3400 kilómetros, desde Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil,
hasta Argentina. “Una hidrovía es una ‘autopista’ en el río. Pretenden realizar
dragados para lograr mayor profundidad hasta rectificación de las curvas y
remoción de formaciones rocosas. De realizarse, tendrá consecuencias
irreversibles en el sistema de humedales y en las comunidades que viven a lo
largo del mismo”, alertaron desde Cauce, que forma parte del colectivo de organizaciones
Humedales sin Fronteras.
Gabriela Ferrer, del Centro de Protección a la Naturaleza
(Cepronat) de Santa Fe explicó que la remada por los ríos surgió de la Unión de
Asambleas Ciudadanas (UAC) Litoral, pero remarcó que sólo es posible por la
enorme cantidad de organizaciones sociales y escuelas de kayak que trabajaron
en conjunto. Explicó que todas actividades figuran en la página de Facebook
“remada por los ríos”. También recordó la contaminación con agrotóxicos. Un
estudio de 2017 del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) de la
Universidad de La Plata detectó plaguicidas en toda la cuenca del río Paraná:
glifosato, endosulfán, clorpirifos y cipermetrina, entre otros. “El fondo de un
río que desemboca en el Paraná tiene más glifosato que un campo de soja”,
graficó Damián Marino, coordinador de la investigación.
Un punto fundamental que exigen es la “inmediata aprobación”
de la ley de humedales. El macrismo había prometido aprobarla pero, luego de
dos años en el Congreso y con media sanción, perdió estado parlamentario.
Legislar la protección de humedales pone en foco a las actividades extractivas
que atentan contra ellos: agronegocio, minería de litio (las salinas son
humedales) y grandes emprendimientos inmobiliarios.
Paradas que se esperan masivas de la remada por los ríos son
Campana, Escobar, Pilar y Tigre. Todos lugares asediados por countries. Diego
Domínguez, de la cooperativa Isla Esperanza de Tigre e investigador del
Conicet, afirmó que continua el avance de las grandes inmobiliarias y
millonarios en la zona del Delta bonaerense. Domínguez señaló que hay más de
10.000 hectáreas que las empresas se hicieron (o pretenden) violando derechos
de isleños que viven en el lugar desde hace generaciones. También apuntó al rol
de los gobiernos municipales, que “facilitan el accionar de las compañías y
privatizan el Delta, las cosas y los ríos”.
Fuente: Pagina 12
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