30/1/18

Los bañados pueden recuperarse, pero el tiempo apremia y no hay “políticas serias”

Los propios científicos contaron que en Europa se rehabilitaron cuencas “casi muertas”. La pregunta es si aquí hay voluntad de hacerlo


Más de cien científicos que se reunieron en la Ciudad compartieron los resultados de numerosos estudios y, en base a ellos, lanzaron un alerta sobre el deterioro y desaparición de los humedales, sus consecuencias ambientales y, por ende, sobre la calidad de vida. Pero en forma complementaria, diversos profesionales han evidenciado la capacidad que provee una mirada ecológica de esos ambientes para favorecer su recuperación y rehabilitación a corto, mediano y largo plazo, y las fortalezas y limitaciones actuales para una adecuada gestión ambiental de los mismos.
Durante el encuentro, un nutrido número de profesionales que integran un grupo de trabajo en el marco de la Asociación Argentina de Limnología con el fin de “identificar las principales problemáticas de los humedales de la llanura pampeana y destacar la importancia de considerar el carácter ecológico de estos ambientes”, advirtieron que “los comités de cuenca de la Provincia no logran una articulación efectiva entre gestores, científicos, técnicos y ciudadanos para afrontar las problemáticas en común que atañen a dichas cuencas”.
Subrayaron que “ello genera fuertes inconvenientes” que se podrían traducir del siguiente modo: “Se dilapidan esfuerzos y se desaprovechan saberes y oportunidades en busca de soluciones que lleguen, en tiempo y forma, para evitar catástrofes como las que se padecieron en las inundaciones de La Plata, Luján, la cuenca del Río Salado, Río Azul, entre otras”.
A su vez, señalaron la necesidad de contar rápidamente con un catálogo actualizado de humedales y un estudio de su calidad ecológica. “Este permitirá disponer de información que no sólo posibilitará reconocerlos, sino que facilitará establecer su grado de conservación en un territorio de intensos y vertiginosos cambios que tienden a secar, contaminar y alterar los humedales, a tal punto que les quita su capacidad de regulación, tanto de inundaciones como de sequías, y la pérdida de otros numerosos beneficios ecosistémicos”.
SIN TIEMPO QUE PERDER
“En Europa hay ejemplos de rehabilitación de cuencas prácticamente muertas. Es decir que ir saneando las cuencas de los arroyos de nuestra zona, con el tiempo, es posible. Mejorar el agua de esos sectores no es una utopía, pero pasaría a serlo si ya mismo no se protege en un 100% los bañados situados en áreas rurales”, dijo en su momento la investigadora Nora Gómez.
No está todo perdido. Pero, lamentablemente, hay demasiado por corregir y el tiempo es escaso.
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Científicos especializados enecología y manejo de humedales se reunieron en nuestra ciudad y manifestaron su “profunda preocupación” por el “creciente deterioro y destrucción de los ecosistemas acuáticos y sus consecuencias
Fuente: Diario El Día

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