7/12/10

CONSECUENCIAS DE LOS MEGABARRIOS: ALGUNOS EJEMPLOS

Publicado por revista veintitres

La Lomita y Pilará
Doble falta

Foto: Veintitrés

Barrios que se inundan por lluvias y las aguas servidas de los emprendimientos privados en los que invierten desde Gabriela Sabatini hasta Jack Nicklaus. Construcciones sin estudios de impacto ambiental y estafas inmobiliarias. Realidades encontradas en Pilar.

Esta es una historia de contrastes que se dan sobre las costas del Río Luján, en el partido de Pilar. Por un lado, en el barrio La Lomita viven 50 familias obreras que se inundan cada vez que llueve y que fueron estafadas en la compra de los lotes. Muy cerca de ahí, el emprendimiento inmobiliario del barrio cerrado Pilará –con inversiones de los ex tenistas Gabriela Sabatini y Julián Ganzábal, y el golfista Jack Nicklaus– ofrece canchas de golf, polo, tenis, lagunas artificiales y propiedades exclusivas con vista a un paisaje paradisíaco. Para construirlo, entre otras cosas y al igual que otros emprendimientos cerrados, levantaron el terreno un metro por sobre la cota, mientras que La Lomita permanece sobre el nivel del río, al igual que los otros barrios humildes de la zona. El desnivel explicaría las inundaciones.

“Única oportunidad en Pilar. Lotes en cuotas. Posesión inmediata”, rezaba el cartel en una parada de colectivos. Arcadio Torres, un carnicero correntino, pensó que era su chance para dejar de alquilar. Lo comentó con su mujer, Sandra Roas, empleada doméstica formoseña, quien puso reparos: “Averiguá, no vaya a ser que nos engañen”, sugirió, con intuición femenina. Pero el deseo de tener un lotecito donde criar a sus dos chicos fue más fuerte. Visitaron La Lomita y les gustó por el verde y la cercanía al Río Luján. Tenían que pagar 350 pesos por mes hasta completar los 30 mil que pedía la inmobiliaria por el lote. A los dos años, con 10 mil pesos pagados, les llegó el rumor de que el dueño de la inmobiliaria no tenía los papeles en orden. “Nos dimos cuenta de que era todo trucho”, relata Arcadio, quien alertó a las otras familias. Decidieron dejar de pagar y Torres se mudó con una construcción precaria de madera. Los problemas recién empezaban: “Cada vez que llueve temblamos, pero no nos vamos a ir. Pagamos a alguien que no es el dueño por estos terrenos que se inundan todo el tiempo. Fuimos engañados en nuestra buena fe y hasta fuimos amenazados por el hombre que nos cobraba las cuotas”, comenta Roas, metida en el enorme barrial que dejó la lluvia del viernes 13 de este mes.

En la Defensoría del Pueblo de Pilar confirmaron que los papeles presentados por el supuesto dueño del terreno son sospechosos y lo encuadraron en una práctica, al parecer común en la zona, de quienes buscan sacar ventaja de la necesidad de tener un techo propio.

No muy lejos de La Lomita se desarrollan emprendimientos inmobiliarios del más alto nivel que no siempre cuidan las consecuencias de sus acciones. “Cuando caen lluvias intensas, se trata de cuidar que no suceda que por evacuar agua de alguno de los emprendimientos privados tengamos problemas con los barrios carenciados”, señala el secretario de Medio Ambiente, Javier Guzzo.

Entre esos barrios cerrados está Pilará, donde Sabatini, Nicklaus y Ganzábal invirtieron 85 millones de dólares a través del grupo Clodinet, que encabeza el ex banquero del HSBC Enrique Ruete, con la asesoría del polista Marcos Heguy. Según Guzzo, “todos los proyectos que involucran un curso de agua son aprobados por las autoridades provinciales. Pilará tiene aprobación”. Sin embargo, el abogado Mario Caparelli, de la Asociación Civil en Defensa de la Calidad de Vida, tiene otra opinión: “El expediente es un catálogo de aberraciones legales. El agua de las inundaciones y de las aguas servidas desagua en los barrios aledaños. Para hacer la cancha de golf y 360 lotes, rellenaron y subieron la cota un metro. Hacen barreras artificiales. Como consecuencia, los lugares bajos se inundan”. De acuerdo con el abogado ambientalista, se trata de un “verdadero desastre”, ya que las obras comenzaron antes de obtener la autorización correspondiente de la Autoridad del Agua y la Dirección Hidráulica. “Está mal aprobado, y algunas cosas no tienen autorización. Ese emprendimiento no tiene el consentimiento de la provincia para ser comercializado como barrio cerrado”, explica el letrado que, en nombre de los vecinos de los barrios aledaños al Pilará, presentó un recurso de amparo colectivo acusando al emprendimiento de causar graves alteraciones al medio ambiente, tanto en el curso de las aguas a través de la creación de lagunas artificiales que secan las napas, como en la antirreglamentaria modificación de suelos. “Pedimos que se suspendan las obras y no se dañe a los barrios vecinos”, señaló. El recurso de amparo está hace tres años en el Juzgado Civil y Comercial 3 de San Isidro, que ordenó realizar estudios hidrológicos, pero el campo de golf ya fue inaugurado a principio de este año por el mismísimo Nicklaus. “Es la política de los hechos consumados, se manejan con total impunidad”, advierte Caparelli.

Según consta en el sitio web del emprendimiento, los lotes siguen en venta. Ante la consulta de este medio, una vocera de Pilará se excusó de responder ya que “prefieren el perfil bajo”, y solicitó el envío de los requerimientos periodísticos por e-mail. Al cierre de esta edición, no había respuestas.

Patricia Pintos, geógrafa e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata, le da la razón a Caparelli. A cargo de una investigación sobre los efectos ambientales de los barrios privados en la zona, contextualiza la situación. “A partir de la construcción del Nordelta en el Tigre, crecieron los emprendimientos inmobiliarios en áreas de extrema fragilidad ambiental como los humedales y las cuencas de los ríos y arroyos, lo que ocasiona una clara vulneración de ecosistemas estratégicos para la sustentabilidad del aglomerado metropolitano”, explica. Y manifiesta su preocupación por los “costos ecológicos que puede causar la tendencia al acelerado proceso de valoración de los que fueron terrenos marginales”. Para la profesional uno de los desarrollos más llamativos es San Sebastián, de la constructora Eidico, de más de 1.100 hectáreas. “Todavía no se puede mensurar el efecto que estos barrios están causando. Hay que tener en cuenta que venimos de una sequía prolongada. Cuando se produzcan las lluvias recurrentes que caen cada 20 o 25 años, vamos a ver. Probablemente, en ese momento, tanto los barrios privados como los barrios aledaños sufran las consecuencias”, se preocupa la investigadora.

Pilará y La Lomita son sólo ejemplos de dos realidades al parecer alejadas, pero que tienen en común la irregularidad y la imprevisión. Y son un símbolo de una polémica urbanística y ambiental que recién empieza a avizorarse.

2 comentarios :

Ver http://www.delriolujan.com.ar/pilara1.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara2.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara3.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara4.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara5.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara6.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara7.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara8.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara9.html
http://www.delriolujan.com.ar/pilara10.html y verifiquen si hay forma de exagerar la forma en que inviertieron las pendientes estos de Pilará, para fastidiar a vecinos que las tenían antes a su favor. Vean también los análisis de las aguas del Carabassa según sus propios análisis, e infieran cómo ahora se meten directamente en el Puelches después de haber sacado la tosca de la laguna artificial que hicieron. Por supuesto, el agua que los vecinos humildes sacaban del Pampeano ahora es imposible de tomar. Francisco Javier de Amorrortu

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