Los países de la cuenca del Río de la Plata, una de las mayores redes hidrográficas del mundo, presentaron en Buenos Aires un proyecto regional para proteger los recursos hídricos de este territorio, que abarca 3,2 millones de kilómetros cuadrados.
La presentación se realizó en el marco de la reunión del Comité Intergubernamental Coordinador de la Cuenca del Plata (CIC), integrado por representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Señala el informe oficial al respecto, que el trabajo comprende el monitoreo conjunto de los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y De la Plata, además de acciones para controlar el cambio climático, la contaminación y las represas hidroeléctricas.
Serán abordadas cuestiones que impactan sensiblemente en los ríos como la sobreexplotación pesquera, el desmonte, la creciente utilización de agroquímicos, y la contaminación industrial.
Con una extensión geográfica de 3,1 millones de kilómetros cuadrados, la Cuenca del Plata es una de las más grandes del mundo. Incluye a los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay y De la Plata. Desde el Pantanal en Mato Grosso, Brasil, pasando por el este boliviano, la integridad del territorio paraguayo, casi la totalidad de la superficie uruguaya y alrededor de un tercio de Argentina, estos cursos superficiales y subterráneos de agua concentran en sus alrededores a unas 100 millones de personas.
El 70 por ciento del PBI de estos cinco países se genera en este territorio.
Tal magnitud ambiental, social y económica, llevó a que en 1967 estos cinco países crearan el Comité Intergubernamental Coordinador de la Cuenca del Plata (CIC).
Este organismo se consolidó en 1969, cuando los países que integran la cuenca firmaron el Tratado de la Cuenca del Plata, el principal instrumento legal vinculante entre los países miembros.
A partir de una serie de estudios recientes, el CIC avanza ahora en la implementación de un programa para la gestión sostenible de la cuenca, en relación a efectos de la variabilidad y cambio climático.
Según estimaciones de este organismo, las temperaturas en la región aumentarán, a causa de las concentraciones de efecto invernadero, entre 2 y 5 grados en los próximos 100 años. La consecuencia directa será la reducción de los caudales en los ríos.
Para prever acciones que mitiguen esos daños y otras que aborden situaciones ya irreversibles, el CIC ejecutará hasta 2015 políticas que incluyen desde la mejora de aspectos jurídicos, hasta el trabajo territorial con comunidades ribereñas.
Financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el programa se centrará en monitorear y accionar en torno de las inundaciones y sequías en zonas críticas de la cuenca. A eso se agrega el trabajo sobre otros aspectos como el uso no sostenible de recursos pesqueros, la insalubridad de las aguas, impacto de contaminantes derivados de la agricultura, el saneamiento ambiental de las ciudades, la deforestación.
Otro aspecto relevante será la coordinación en el manejo de las represas hidroeléctricas. Hay 150 en toda la cuenca, y tres son binacionales: Itaipú (Brasil-Paraguay), Yacyretá (Argentina-Paraguay) y Salto Grande (Uruguay-Argentina).
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